lunes, 17 de noviembre de 2008

Ensayo final


“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27); desde el mismísimo momento en el que muchos dieron validez a esta humilde frase, el panorama social del hombre cambió notablemente, y aún aquellos hombres escépticos de la presencia de Dios, vivían en costumbres sociales que eran alteradas casi imperceptiblemente por todo aquello que estuviera escrito en la biblia o contara con la aceptación de Dios; normas, instituciones y algunas guerras durante casi todo el periodo histórico, tuvieron la interferencia casi directa de la iglesia, como promotor de las enseñanzas de Jesús que es Dios; el orden social de regiones con practicas católicas, cambia en detrimento a lo aceptado o a lo no aceptado por Dios, y es allí, cuando el ciudadano se da cuenta que aquella ética que rige sus actos, es producto de normas divinas; Las doctrinas religiosas, predicadas por la iglesia católica, y aceptadas por algunos caleños, afectan algunos aspectos de la vida social de Santiago de Cali, específicamente en la formación de la moral y en el desarrollo de una ética civil.

No es raro que nuestros abuelos o nuestros papás nos digan con tanta vehemencia:” mijito, no mienta que eso es malo”, y no es extraño justamente porque el acto de mentir es condenado por Dios, quien a través de la biblia describe lo siguiente: “ Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (San Mateo 12:36-37); una de las fuentes más importantes por las que la ética civil construye sus normas, es justamente la biblia y especialmente por uno de los documentos éticos más importantes del mundo contenido en ella: los 10 mandamientos, este escrito valiosísimo contiene 10 normas esenciales de convivencia estableciendo lo que se debe y lo que no se debe hacer; existen muchas costumbres -además de la blasfemia-, que son condenadas en la ética civil a través de las enseñanzas católicas, y entre las más importantes podríamos destacar: el adulterio, la corrupción, y la esclavitud, sobre la que Dios dice: “ y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo” (Levítico 25:35); es importante reconocer que muchas de las cartas jurídicas, como la declaración internacional de derechos humanos - que nos cobija a todos los caleños, colombianos y demás personas – estableció algunos de sus artículos en base a reglas divinas como la “libertad”, contraria a la esclavitud que es condenada por ambas partes; en estos momentos de guerra, es importante destacar que la paz como ideal universal, es también voluntad de Dios, y de ahí que surja en la mayoría de los caleños esa necesidad de marchar para condenar actos terroristas y protestan guiados aún sin saberlo por preceptos divinos; Tanto la ética como la religión, ayudan a orientar a la personas en su camino existencial, tal vez los dos son conceptos proporcionales, pero podemos asegurar que es la religión quien orienta la ética civil, y en defecto, orienta al ciudadano a seguir el camino correcto, con valores o directrices previamente establecidas.

La necesidad de justicia social y de solidaridad que embarga a miles de caleños, es también una necesidad de la iglesia, y son ellos dos campos esenciales de aplicación de normas divinas. “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los compasivos, porque serán tratados por compasión. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por la causa de justicia, porque el reino de los cielos les pertenece” (San Mateo 5:6-10), lo anterior dicho describe la notable importancia que la iglesia católica brinda a la necesidad de justicia social y de sentido comunitario; Algunos teólogos como Santo Tomás De Aquino, destacaron el papel de la justicia y de el bien común como valores éticos y jurídicos esenciales en una sociedad, y para estos autores practicar la justicia social despierta en nosotros el sentido del bien común, un constante servicio al colectivo, pues lo que enriquece al individuo debe favorecer el patrimonio de la sociedad; es interesante notar que algunas de las tantas problemáticas que encierra la vida política y social del caleño, se deben en gran medida a esas continuas tensiones, representadas en huelgas y paros, que propenden por la equidad social; de igual forma, muchas campañas y fundaciones que se desarrollan en Santiago de Cali buscan sacar al drogadicto de la calle o a colaborar en la alimentación de las personas más necesitadas. El ideal de justicia y el ideal de caridad reflejan muchas de las acciones que el caleño ejecuta en su vida diaria, el hecho de que aborrezca la corrupción y marche en contra de ella, o el hecho de que sienta tristeza al ver tantos niños y jóvenes en semáforos, es justamente un hecho respaldado por la voluntad divina.

Es interesante notar que aún en tempos modernos, donde se cree en una sociedad liberal, en donde todos los individuos, sin barrera alguna, pueden participar de ella, las instituciones católicas no terminen de aceptar a algunas prácticas. Muchas practicas y comunidades anti-religiosas o que simplemente no favorecen la voluntad de Dios son constantemente rechazadas por la comunidad caleña; entre las prácticas condenadas por la iglesia, podríamos destacar las siguientes: el aborto, el divorcio, el incesto, el lenguaje soez, la prostitución, el racismo y la promiscuidad; sobre el aborto, la iglesia católica enuncia que lo que se elimina de tajo es la vida de un ser que apenas nacía, y el asunto se complica aún más cuando lo que se elimina es un sujeto tan importante para Dios, porque es ese niño una creación que según un pasaje descrito, es hecho a imagen y semejanza de Dios. Algunas comunidades civiles como la comunidad homosexual o la comunidad conformada por prostitutas son continuamente rechazadas por la iglesia y por la comunidad caleña, quienes manifiestan que en el caso de la homosexualidad Dios creó solo al varón y a la mujer, y no a otras “especies” intermedias, que según la biblia no heredarán el reino de los cielos; la aplicación de leyes divinas a la sociedad caleña ha sido tan grande, que ha contribuido a la exclusión casi total de aquellos seres de la vida religiosa y social de Santiago de Cali.

La religión influye notablemente en la creación de bases necesarias para la formación de una ética civil, que ha venido guiando las acciones de algunos ciudadanos; ideales como la justicia social y la solidaridad son evidentes en Cali, y lo son justamente, porque son modelos destacados por Dios en la biblia a través de algunas de sus enseñanzas; las prácticas religiosas constituyen en sí, un rechazo parcial o total a algunas prácticas y comunidades que van en contra de la voluntad de Dios; sin embargo, y de acuerdo a la crisis que hoy en día vive la iglesia y que se refleja en la perdida de adeptos y en la aparición de un sentimiento de “desazón” o de inconformidad con algunas doctrinas, podríamos considerar que el factor religioso, y en este caso católico, no acaba de encontrar lugar en la cultura moderna, y en defecto, no es un elemento importante en la configuración de un panorama social, y específicamente del panorama ético de Santiago de Cali. El nuevo panorama social nos conduce a considerar a la religión como un factor matricial y determinante en la formación del panorama ético que limita las acciones del caleño a lo largo de su vida ciudadana, y el considerar las leyes católicas como verdaderas herramientas que construyen ciudad.

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